sábado, 27 de mayo de 2017

Vivir soñando y doliendo.

Bajo la soberanía del dolor y el placer
nos preguntamos qué debemos hacer.

En el hedonismo
nos esclavizamos.

''Queremos ser brújula y somos veleta''
y acabamos en otro lugar,
que no era al que queríamos llegar.

''Buscamos la felicidad como el borracho su casa''.
Buscamos la felicidad como algo que alcanzar,
y queremos más.

No nos pertenece,
no nos inunda.
Nos ahoga.

La razón y el corazón enfrentados,
el cuerpo inmóvil.

Pierdo el sueño soñando plácidamente
y necesito del dolor para sentirme viva.

Pero si sueño y plazco
más que vivo,
prefiero soñar perdiendo el sueño
que vivir soñando y doliendo.    

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