jueves, 19 de abril de 2018

Ojalá no vuelvas a entrar


Un portazo retumba.

El puño apretado,
su mirada al suelo.

El silencio abre paso
a la habitación de la impotencia.

Si las paredes hablasen
tú no las golpearías.
Si las miradas matasen
tú no estarías con vida.

Otro portazo avisa
que llegas otra vez.

El puño apretado,
su mirada al suelo.

Hasta la próxima vez.