Ha sido un proceso lento, cargado de esfuerzo y lucha continua. No ha sido sencillo, me ha llevado a días y días llorando, encabezonada en que sí, que podía, aunque sintiera que estaba lejos de alcanzarlo, aunque me tuviera que estrellar veinte veces hasta conseguirlo. Digamos que no ha sido, para nada, la mejor época de mi vida, es más, sinceramente considero que ha sido la peor parte de lo que llevo recorrido.
El pasado curso/año me ha hecho darme cuenta de lo fuerte que puedo llegar a ser, de la lucha continua contra todo obstáculo y, sé, que ahora lo cuento quitándole importancia, pero en su momento era un sentimiento horrible.
Los astros, por decirlo de alguna manera, se alinearon para demostrarme hasta donde soy capaz de llegar y he llegado. Los que me conocen saben de esos 'astros' que se pusieron de acuerdo para hundirme, pero solo lograron que cogiera fuerza para lanzarme.
Ahora que he llegado, en ocasiones e inevitablemente, se me pasa por la cabeza abandonar, pero luego pienso todo lo que lleva detrás el que hoy esté aquí, que me niego a acceder a esa absurda opción. Sé que el camino no es fácil, como nada que te lleva hasta la cima lo es, pero opino que sin esfuerzo no hay recompensa, y este dicho lo he vivido y comprobado en mis carnes.
Hoy, una vez más, a pesar de los pesares, he decidido continuar hasta que no pueda más.
