martes, 1 de mayo de 2018

Ya lo sabía


Todos sabemos lo que realmente pasa
aunque cerremos los ojos para dejarlo pasar. 

En tu silencio encontré las palabras
exactas.

En mi silencio retumbaban tus palabras
falsas,
de tu vida, 
de mentira.

Fuiste experto
en sacarme las tripas, 
de dentro
en quitar la coraza
y pasar a la terraza 
donde me quería, 
tirar.

Y tú detrás queriendo,
empujar,
donde ya no cabía nadie más.

En el espacio que había faltaba el aire 
para respirar.

En tus promesas vacías, 
cabía tu vida de cristal,
donde bastaba una patada 
para reventar.

Y mandarla tan lejos 
donde no pudiera llegar.

Seguro de ti mismo
te quedaste 
solo,
con
tigo
mismo

Y sin nadie más de verdad.

jueves, 19 de abril de 2018

Ojalá no vuelvas a entrar


Un portazo retumba.

El puño apretado,
su mirada al suelo.

El silencio abre paso
a la habitación de la impotencia.

Si las paredes hablasen
tú no las golpearías.
Si las miradas matasen
tú no estarías con vida.

Otro portazo avisa
que llegas otra vez.

El puño apretado,
su mirada al suelo.

Hasta la próxima vez.

viernes, 26 de enero de 2018

Carreteras

Cuando todo comienza a encajar, 
me voy.

La huida es la salida más fácil.

Cuando me encuentro frente a mí
esquivo la mirada
y escapo.

Cuando todo empieza a ir bien, me voy.

La huida es la opción más rápida.

Cuando me encuentro frente a mí
cierro los ojos
y corro lejos,
de mí.

Cuando he encontrado mi sitio, me voy.

Porque cuando todo va bien
algo acaba saliendo,
mal.

Los caminos rectos parecen más fáciles de manejar,
que las curvas 
del bien 
            y del mal,
que me hacen perder 
el control
                                                              y derrapar

para


volverme 


estrellar. 

martes, 9 de enero de 2018

2017

Enero ilusionado.
Febrero azul.
Marzo sin esperanzas.
Abril con farolillos.
Mayo descorazado.
Junio entre apuntes.
Julio por los aires.
Agosto en el mar.
Septiembre reencontró.
Octubre distanció.
Noviembre transparente.
Diciembre de regreso. 

Lo que soy

Todo lo que eres viene construyéndose desde hace tiempo ya.
Quizás ese miedo a quedarte sola no sea casualidad.

Lo que soy no es lo que he sido, pero lo que he vivido me ha hecho ser quien hoy soy yo.

Pensar que nunca te van a querer igual viene de que te han querido ya, bastante mal.
Y te preguntas qué vendrá.
Qué es lo que te mereces y qué es lo que te dan.

Vuelves y empiezas a recordar, esos vacíos que sigues sin rellenar.
Esa ausencia a la salida del cole, ese deseo torcido que quizás no sea casualidad.

Ese plato que no se podía llenar.
Ese hombro donde no podías llorar.
La carga encima y tú sin poder andar.

Te paras pensar,
y aunque la memoria ya haya empezado a olvidar,
las marcas siempre te lo van a recordar.
No fuiste la niña a la que te gustaría volver a mirar.

Cumplir los años de dos en dos.
Cruzar límites sin ni si quiera llegar.
Precipitarte sin tener que saltar.
El abismo, entre lo que era justo y lo vivido, no se puede calcular.

Hoy las cuentas siguen sin cuadrar, pero los números empiezan a hablar.

El cero no aportó nada,
el uno lo dejó todo igual,
el dos dividió,
el tres donde había uno de más,
el cuatro no correspondido,
el cinco separó,
el seis que te hizo llorar,
el siete marcando rutina,
el ocho te hizo regresar,
el nueve sin final,
el diez para terminar.

Y para de contar.