lunes, 28 de diciembre de 2015

TÚ, ISLA

Al principio fuiste esa isla desierta que me salvó.

Yo nadaba perdida en un mar de dudas
tú me supiste rescatar con tu salvavidas
al que me aferre.

Tenía miedo
eras un auténtico desconocido,
pero me aventuré y me dejé llevar.

Llegué hasta ti
feliz por haber alcanzado tierra firme,
atemorizada por lo desconocido,
ilusionada por la novedad,
dudosa por el qué pasará.

Una vez más
me dejé guiar por ti.

En tu isla desierta empezamos a hacer vida
la llenamos de sentimientos heterogéneos.

Pasó de ser desierto a ser una selva.
Supe conocerla profundamente,
reconocía sus sombras, sus rincones, sus escondites.

Fui valiente e icé la bandera sobre tu corazón
olvidando que lo podía atravesar.

Solo quería darle vida.
Solo logré acabar con él.

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