Tú
que fuiste siempre el centro de atención.
Yo
que solo quería pasar desapercibida
entre la multitud.
Solo recuerdo que me decías que la gente podía cambiar
solo recuerdo que yo te decía que eso era imposible,
que cada persona es de una manera
y nada -ni nadie- la puede cambiar.
A día de hoy, tus palabras se me repiten,
una y otra vez,
cada vez que me miro al espejo
y no veo a aquella persona que era,
intento cerrar los ojos, para evitar sentirme distinta,
pero
solo recuerdo que me decías que la gente podía cambiar.
He cambiado.
Todo lo que me parecía imposible
se ha hecho posible en mi misma.
Tenías razón.
Siempre la tuviste.
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