domingo, 27 de diciembre de 2015

Felicidades



que fuiste siempre el centro de atención.

Yo

que solo quería pasar desapercibida

entre la multitud.

Solo recuerdo que me decías que la gente podía cambiar

solo recuerdo que yo te decía que eso era imposible,

que cada persona es de una manera

y nada -ni nadie- la puede cambiar.

A día de hoy, tus palabras se me repiten,

una y otra vez,

cada vez que me miro al espejo

y no veo a aquella persona que era,

intento cerrar los ojos, para evitar sentirme distinta,

pero

solo recuerdo que me decías que la gente podía cambiar.

He cambiado.

Todo lo que me parecía imposible

se ha hecho posible en mi misma.

Tenías razón.

Siempre la tuviste.

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