lunes, 29 de agosto de 2016

Mental

Al despertar 
habían pasado 500 noches
y ni se había enterado.

Se miró al espejo
y no se conocía.

Llevaba sin verse una eternidad.

Se miró al espejo
y se aceptó.

No parecía ser quien recordaba
pero seguía siendo quien era
en otro momento,
pero:
en el mismo lugar
en el mismo cuerpo. 

Se había despellejado.
Sus hojas se habían caído
pero:
cuando quiso darse cuenta 
habían vuelto a florecer.

Pasó por las cuatro estaciones 
-un par de veces-
perdió todos los trenes
pero:
esta vez eran ellos
los que lo esperaban.

Se postergó todo desde su desvanecimiento
hasta su resurgir. 

Valoraron su presencia
cuando esta se convirtió en mera ausencia.
Estaba allí, pero ausente.

Valoraron el tiempo
lo reinventaron. 
Pintaron miles de paisajes
en cuatro paredes.
Abrieron sus visiones
en cuatro paredes.

Teniendo todo aquello allí fuera
decidieron hacer de ese zulo
su nuevo mundo. 

Para muchos la realidad se limita 
-a aquello que pueden ver-
pero otros tienen su realidad,
que no se puede ni ver, ni oír, ni tocar, ni saborear..
Pasa por su mente
no se puede explicar.

Tienen imágenes mentales
pero no las ven con los ojos
las sienten muy adentro
pero no las pueden tocar
saben que si pudieran olerlas
no podrían desprenderse de ese aroma
que si las oyeran
se volverían una melodía pegadiza.

Pero es una realidad imaginaria
es una historia real que pasó en su imaginación.

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